Tenían motivos, motivos gigantes, luchaban por sus sueños, sus ideales, eran solidarios, persistentes, veraces y voraces. Los mutilaron un 16 de septiembre de 1976 manos asesinas que creyeron autoritaria e inútilmente que desparecerlos era la solución. Pero nada de eso pasó. Su lucha, sus motivos e ideales, su persistencia, solidaridad, su veracidad, y por sobre todo, su voracidad por lo justo siguen palpitando. Cada uno de ellos vive en nuestra pelea cotidiana contra aquellos que intentan constantemente seguir masacrando nuestros derechos.
Su canto sigue vivo en el nuestro, cada vez que saltamos a la lucha, van tomados de nuestras manos, hacia una nueva reivindicación. Debemos sobrevolar con ellos, porque esa es la mejor manera de proteger nuestro derecho a un sistema educativo justo, solidario y con igualdad de condiciones para todos.
El 16 de Septiembre no es una fecha cualquiera. No la es en 1976, y tampoco la es hoy, en el 2008. Porque esa lucha que llevó a la desaparición y muerte de esos estudiantes, hoy es continuada por ESTOS estudiantes, que no olvidan lo que pasó y no se dejan engañar. Estudiantes que abren la cabeza, y los ojos, y se dan cuenta de que no todo esta tan bien como parece, o como nos quieren hacer creer. Estudiantes que miran a su alrededor, y comprenden que todos juntos pueden lograr cosas grandísimas.
Estudiantes somos todos nosotros hoy. Somos nosotros los que no dejamos que nos saquen lo que es nuestro, somos los que de verdad queremos aprender, porque sabemos que así ningún gobierno podrá manejarnos como marionetas para su propio bien. Seres pensantes queremos ser. Queremos ser los que gritemos que tanto poder en manos de pocos no esta bien, y que cuando se grita BASTA, inaplazable es la hora. Somos nosotros los que escuchamos el eco de esas voces que quisieron callar hace 32 años, que no mueren ni desaparecen. Porque no siempre la muerte nos mata.
Porque nuestros reclamos de hoy, no son muy diferentes que los de antes.
Es por eso que tenemos que estar todos juntos hoy, y mañana, y todas las veces que sean necesarias. En los colegios, en la calle. Para reivindicarlos y reivindicarnos en nuestra lucha cotidiana. Para saltar junto a ellos hacia ese sueño de un pueblo libre. Porque esa es la única manera de no dejarse avasallar por quienes no pueden y no quieren escuchar que un pueblo educado es un pueblo que lucha por su libertad.
Su canto sigue vivo en el nuestro, cada vez que saltamos a la lucha, van tomados de nuestras manos, hacia una nueva reivindicación. Debemos sobrevolar con ellos, porque esa es la mejor manera de proteger nuestro derecho a un sistema educativo justo, solidario y con igualdad de condiciones para todos.
El 16 de Septiembre no es una fecha cualquiera. No la es en 1976, y tampoco la es hoy, en el 2008. Porque esa lucha que llevó a la desaparición y muerte de esos estudiantes, hoy es continuada por ESTOS estudiantes, que no olvidan lo que pasó y no se dejan engañar. Estudiantes que abren la cabeza, y los ojos, y se dan cuenta de que no todo esta tan bien como parece, o como nos quieren hacer creer. Estudiantes que miran a su alrededor, y comprenden que todos juntos pueden lograr cosas grandísimas.
Estudiantes somos todos nosotros hoy. Somos nosotros los que no dejamos que nos saquen lo que es nuestro, somos los que de verdad queremos aprender, porque sabemos que así ningún gobierno podrá manejarnos como marionetas para su propio bien. Seres pensantes queremos ser. Queremos ser los que gritemos que tanto poder en manos de pocos no esta bien, y que cuando se grita BASTA, inaplazable es la hora. Somos nosotros los que escuchamos el eco de esas voces que quisieron callar hace 32 años, que no mueren ni desaparecen. Porque no siempre la muerte nos mata.
Porque nuestros reclamos de hoy, no son muy diferentes que los de antes.
Es por eso que tenemos que estar todos juntos hoy, y mañana, y todas las veces que sean necesarias. En los colegios, en la calle. Para reivindicarlos y reivindicarnos en nuestra lucha cotidiana. Para saltar junto a ellos hacia ese sueño de un pueblo libre. Porque esa es la única manera de no dejarse avasallar por quienes no pueden y no quieren escuchar que un pueblo educado es un pueblo que lucha por su libertad.